12 diciembre 2005

Paternidades

Ayer presencié una escena emocionante. No me preguntéis porqué pero estaba en el hospital cerca de la sala de partos. El infermero ya me advirtió que el tema tardaria un poco porqué el ginecólogo de guardia estaba de parto. A la espera de su futur@ niet@ que estaba a punto de ver la luz de su primer día de vida esperaban impacientes tres mujeres de avanzada edad. Dos deduje que podrían ser las abuelas, de la tercera se me escapó el parentesco. Las mujeres comentaban todos los partos vividos en sus propias carnes y en carnes ajenas. De repente estalló del interior de la sala de partos un alegre:

-Felicidades abuelas!!

Y tras la voz un padre con los brazos abiertos con una cara de felicidad como pocas he visto.

-Ha sido pelona, pesa 3 quilos 200 gramos y es más guapa que su padre y su madre juntos!

La escena fue realmente emocionante. Tanto es así que si una espectadora se emocionó por dentro, cómo no iba a derramar lágrimas alguna de las abuelas?

Tras la felicidad de esa familia la vida continuó a su ritmo habitual, a menudo demasiado deprisa.

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