Memorias raptadas

Esta fué una carta al director que me publicaron en La Vanguardia y El Pais en motivo del Dia Internacional del Alzheimer:

Todo empezó con pequeñas distracciones, con pequeños olvidos que poco a poco fueron aumentando. Un día dejó de reconocer a sus antiguos compañeros de trabajo y a veces incluso a mi, su hija, me confunde con otras personas. “Aquella” me llama i él fue, precisamente, quien escogió mi nombre para cruzar esta vida. La enfermedad de Alzheimer ha raptado la memoria de mi padre pero en esta historia no hay rescate. Y eso duele.
El día 21 de diciembre es el Día Mundial del Alzheimer y sé que ese día miles de personas en España y en todo el mundo entenderán la impotencia de convivir con esta injusta enfermedad que poco a poco va minando lo más valioso que tenemos: los recuerdos. Sin embargo me gustaría pensar que en esta historia también existe una luz de esperanza, y es luchar por la investigación de esta demencia degenerativa, luchar para hacer entender a la sociedad que los enfermos de Alzheimer son personas y que como tales también sufren, sienten y sonríen.
Sé que en muchas ocasiones la sonrisa irá por dentro. Yo ya no veo alegría en los ojos de mi padre pero sé que cuando me reconoce su cara se ilumina y su corazón se emociona y esa es su pequeña lucha y su gran triunfo. Científicos, médicos, políticos y gente con poder, me gustaría pedirles que intenten pagar de algún modo el rescate de mi padre. Y si eso les supone demasiado esfuerzo luchen, al menos, para que familiares y enfermos tengan una mejor calidad de vida sin que eso les suponga empeñar todos sus ahorros y parte de sus vidas.

Muchas gracias